lunes, 10 de agosto de 2015

Cortuluá vs Millonarios

Por: Diego Loaiza.


Cortuluá fue veloz y eficaz; Millonarios, el de siempre.
Parece que equipo que gana sí se toca. Esa parece ser la consigna del técnico Ricardo Lunari, que decidió, inexplicablemente, para el juego en el estadio 12 de Octubre alinear como marcador de punta a Osvaldo Henríquez, un central, por Kevin Rendón, lateral y que había actuado en esa posición el jueves pasado frente a Patriotas en Techo.

Claro está, por eso no perdió Millonarios contra Cortuluá, lo hizo por varios factores. Los azules perdieron su invicto en esta Liga por la desafortunada jugada de Robayo, que marcó a los 6 minutos en su arco; porque fue demasiado lento en contraposición a la velocidad y el vértigo del cuadro vallecaucano; porque Rangel cobró mal el penalti y porque no fue eficaz en el arco contrario. En resumidas cuentas, lo del jueves pasado fue un espejismo, el conjunto ‘embajador’ volvió a ser ese desbalanceado equipo que se defiende bastante mal y que no mete las que crea. La sorpresa no fue la caída como visitante en esta fecha 5, lo inusual fue la victoria frente a Patriotas.

Y es que fueron dos equipos muy distintos los que se presentaron en la ciudad de Tuluá. Los de Jaime de La Pava, que apelaron a su juventud, alegría y velocidad para poner en su sitio al cuadro bogotano, que una vez más fue lento en el medio campo, que tuvo el deficiente nivel de algunos  de sus referentes, careció de rebeldía y eficacia para lograr al menos marcar un gol.

Muy temprano, en una de las tantas ‘embestidas’ en velocidad de los locales, cayó el primero de la tarde. Un contragolpe fulminante fue rematado a portería por Juan Camilo Roa y en el camino Rafael Robayo metió la pierna para que el balón terminara en su arco. Un baldazo de agua fría para un onceno que venía motivado por su triunfo a mitad de semana.

Luego del tanto de los locales se hizo muy evidente lo de la velocidad para unos y lo de la lentitud para otros. El cuadro tulueño se refugió y apostó por el contragolpe, creando peligro en más de una ocasión en el arco de Vikonis. La otra cara de la moneda fue la de los ‘embajadores’, que optaron por el juego de asociación y pausado para llegar a la portería del rival, sin generar inquietud. Con ese panorama, la disputa la ganaban los vallecaucanos.

Tanto así, que los hinchas azules, que llegaron en buen número al estadio 12 de Octubre, tuvieron que esperar 35 minutos para conocer los reflejos del arquero Mina. Centro de Maxi y cabezazo de Rangel a las manos del portero. Fue la primera aproximación de los ‘albiazules’ con aliento de peligro.
Y cerrando el primer tiempo, al 43, producto del empuje, más de las ganas que del fútbol, llegó la oportunidad de igualar el juego. Rangel fue a rematar en el área, Jaime Córdoba lo trabó y el juez Gamarra decretó penalti. Cobró el mismo Rangel pero lo hizo de manera perversa y fácil para que el guardameta Mina se vistiera de héroe y mantuviera el cero en su arco.

Para el inicio del segundo tiempo, Lunari no esperó. Mandó a la cancha a Agudelo por Silva y así cambió el módulo táctico, de 4-4-2 a 4-3-3 pero su equipo no encontraba el rumbo, no llegaba el fútbol del partido anterior en Techo.   

Y una vez más, la velocidad de los locales rindió frutos. A los 8 del segundo tiempo, Carlos Ibargüen finalizó de buena manera una jugada iniciada por Jonathan Muñoz. El defensor la llevó desde campo propio al área contraria, en pared y rápidamente, la tocó para su compañero, que remató a un rincón y a celebrar el 2-0.

A partir de ahí, fueron tímidas las reacciones de Millonarios. Remates de media distancia de Agudelo, Mayer y Rangel fueron controlados por el arquero Mina. Y Henríquez, que ni lo hace bien abajo como defensor, ni arriba como definidor, tuvo varias opciones de descontar.

Al minuto 70, una vez más producto del amor propio, de correr, de meter, aspectos al menos rescatables del cuadro bogotano, llegaron las mejores oportunidades de marcar. Tres remates en el área, uno al horizontal, y la pelota no entró. Henríquez, Díaz y Maxi, y ninguno logró el descuento. Siete más tarde, Henríquez otra vez solo frente al arco, remató afuera. Y al 79 también lo erró, enganchó dentro del área y la envió por encima.

No hubo tiempo para más. Cortuluá demostró porque es segundo de la Liga con 12 unidades y Millonarios también confirmó porque está en el puesto 10 con seis puntos. Los de Lunari parecen no arrancar y, por ahora, lo más preocupante es que ceden terreno en la Reclasificación, que también da cupo a torneos internacionales.

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