Por: Juan Francisco García
Twitter:@jfgarcia2809
Roa, con mucha calidad, le
entrega el balón a Otálvaro por encima, éste lo recibe, encara prolijo, llega
hasta el fondo y centra con veneno y
precisión hacia atrás. Morelo va entrando al área, lo piensa, “voy a tirar un
taco”, se perfila, taconazo: gol. Golazo. Min 21. Santa Fe 1, Alianza 0.
Hasta el gol de Play Station
de Morelo, Santa Fe había tenido los peores 20 minutos en lo que va de la Liga.
Los tuvo, en gran medida, porque Alianza Petrolera vino con un plan: ganar el
balón, hacer posesiones largas, poner el ritmo del partido. Y los tuvo porque
en la mitad, sin Seijas, Santa Fe perdió
orden y sincronización. Alianza lograba, gracias al gran pie que tiene de la
mitad para adelante, neutralizar la intensidad del equipo rojo en la capital.
Pero pasa que Santa Fe es
eficaz. Y cuando las cosas se ponen mal cuenta con circuitos que lo sacan del
aprieto. Se juntó la banda feliz y a celebrar. Aunque también pasa que Santa Fe
sigue en su búsqueda de hacer sólida la mitad de la cancha y, ayer, Alianza
encontró los vacíos y le ganó la posesión.
Entonces el partido se hizo
lento. Alianza con el balón, respirando, amigándose con el reloj, y Santa Fe
sufriendo para recuperar el balón con rapidez,
ofendiendo como menos le favorece: esporádicamente. De un balón parado
cobrado por Pérez surge un conrtragolpe que maneja a la perfección Alex Castro
y que define el Uruguayo Figoĺí. Empate a un gol. El primer tiempo se fue así:
Alianza haciendo su negocio y Santa Fe
incómodo, por primera vez, verdaderamente incómodo desde que empezó la
temporada.
En el segundo tiempo
siguieron los problemas. Omar Pérez debía correr más pensando en recuperar que
en atacar. Darío Rodriguez, hasta la entrada de Anchico, jugó un partido para
el olvido, Villarraga dejó claro que no está al nivel de Mosquera. Alianza,
ordenado, feliz con el empate, logró que la cancha nunca se inclinará hacia su
arquero, el guatemalteco Jérez.
El primer empate de la
temporada deja conclusiones interesantes para pensar en el trabajo que se le
viene a Peluso.
1. El primer equipo que vino
con la intención de disputarle la posesión a Santa Fe, desnudó sus vacíos en la
mitad y le negó el control del juego.
2. Darío Rodriguez deja dudas
en el rol de volante mixto que le exige Peluso. Es efectivo para romper, pero
defensivamente se le ve inmaduro e ineficaz. Extraño que Anchico haya ido al
banco.
3. Sigue habiendo mucho por
trabajar entre líneas. Cuando Salazar sale a romper se abre un espacio entre él
y la primera línea que se debe estrechar. A veces no viajan juntos. Salazar
rompe y los defensas aguantan cuando también
deben avanzar.
4. La banda derecha da
miedo. Da miedo cuando es para atacar y es de aplaudir. Otálvaro, Roa y
Quiñones hacen parar de la silla. Pero en defensa, la cobertura de la espalda
de Otálavaro es lenta. Los equipos lo saben y cada balón a su espalda es un puñal,
que también da miedo.
5. La banda izquierda debe
fortalecerse. Ayer, sin Mosquera y sin Seijas, fue casi del todo infértil. La
derecha debe ser el espejo. En el Campín debe ahogarse por izquierda y por
derecha.
6. Todos quieren a Morelo y
a Quiñones. Aunque ayer no estuvieron finos, su nivel es de otro fútbol.
Siempre vivos, siempre peligrosos, siempre encuentran el espacio. Cuando Santa
Fe se hace del balón tiene en sus dos puntas dos lanzas afiladas.
7. Sí hay variantes: ayer
jugaron Vargas y Ángulo ( que debutó en Liga Aguila). El primero es una buena
alternativa para remplazar a Omar Y formar un 4 4 2 más Ortodoxo. Y el segundo
es interesantísimo. Junto a Morelo y Quiñones cierra una delantera top.
En la semana empieza la
copa, no hay margen de error. A seguir trabajando.
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