Por: Enrique Gamboa
Twitter: @egamdu
En esta ocasión el sistema táctico utilizado por Gallardo fue un 4-2-3-1. En la defensa Mayada y Álvarez Balanta reemplazaron a Mercado y al transferido Funes Mori para acompañar a los habituales Maidana y Vangioni. Dispuso de la pareja Kranevitter - Gonzalez en la zona de contención; más adelante estuvieron Driussi, Pity Martinez y Tabare Viudez encargados de la creación y como único punta, Lucas Alario.
Twitter: @egamdu
Tras la derrota
de la fecha pasada frente a San Martin de San Juan, River Plate visitaba al
difícil Estudiantes de la Plata en el estadio Único. Con varios cambios en su
formación titular, el equipo de Marcelo Gallardo salió a buscar los tres putos
para así acercarse a los líderes, San Lorenzo y Boca Juniors.
En esta ocasión el sistema táctico utilizado por Gallardo fue un 4-2-3-1. En la defensa Mayada y Álvarez Balanta reemplazaron a Mercado y al transferido Funes Mori para acompañar a los habituales Maidana y Vangioni. Dispuso de la pareja Kranevitter - Gonzalez en la zona de contención; más adelante estuvieron Driussi, Pity Martinez y Tabare Viudez encargados de la creación y como único punta, Lucas Alario.
Estudiantes también
utilizó el mismo planteo táctico. Con Gil Romero y Damonte como doble cinco y Cerruti
y Barbona pegados a las bandas. Gastón Fernández como enganche y Arriba el
juvenil Mendoza.
El partido empezó
con dos equipos que nunca renuncian a sus ideas de juego. Hacer una presión
alta en campo rival, mantener la posesión del balón, no abusar del pelotazo sin
sentido y buscar la velocidad de sus volantes laterales para lanzarle centros a
sus únicos delanteros en punta.
Pero fue River el
que se sintió más cómodo con el pasos de los minutos. Lucho González se
hacia el guía del equipo, jugaba y hacia
jugar a sus compañeros. Los volantes locales nunca pudieron cortar el circuito
de juego que salía de los pies del experimentado volante. Sin embargo, los primeros 45 minutos fueron
lentos, aburridos tanto por la
imprecisión de River para acercarse al
arco de Navarrro, como por el mal juego
de Estudiantes que no encontraba solución en la pareja Fernandez – Cerruti. El
equipo de Milito se siente incómodo sin
el balón en su poder, no logró quitarle el balón a un River que sin jugar
particularmente bien lo superó.
En los partidos
cerrados como éste, son los jugadores de
mayor calidad los que tienen la llave para abrirlos. Golazo de Lucho González tras
un buen contragolpe construido entre Viudez, Kranvevitter y Pity Martinez. Se
juntaron los que saben y en la primera opción clara de gol, pusieron arriba en
el marcador a River, que se llevó un
premio demasiado grande por lo poco mostrado en los primeros 45 minutos.
En cambio, el
segundo tiempo fue fútbol en estado puro. River en los primeros diez minutos
demostró porque es el campeón de America. Juego fluido, individualidades
picantes, posesión del balón como del juego mismo, y recuperación alta en zonas
claves para generar opciones de gol. Pimero fue el Pity el que desaprovechó un
centro de un Alario que era incontrolable para la defensa local. Después Viudez
y Driussi terminaron mal sus respectivos ataques y dejaron con vida a
Estudiantes.
En la primera que
tuvo el local en todo el partido, un zurdazo
de Cerruti venció a Barovero y puso el 1-1. Y como el fútbol es un estado de
ánimo, ese gol de otro partido tuvo sus consecuencias en ambos equipos. A River
lo destruyo anímicamente, no lo pudo superar y desde ahí, su juego cayó
considerablemente. En cambio, en el Pincha fue el punto de partida para mostrar
lo mejor de su juego. Se convirtió en un equipo peligroso por la bandas con
Cerruiti y Barbona, y la gata Fernandez
demostró toda su calidad e inteligencia para jugar. Entre los tres complicaron
a la hasta ahora sólida defensa millonaria y su juego fue más fluido y certero.
20 minutos
después del gol local, en una pelota
parada llegó el definitivo 2-1. Federico Dominguez le ganó en la marca a
Balanta que se mostró dubitativo y le concedió espacios que en el área se pagan caros.
Los 15 minutos
restantes fueron de un River que terminó maniatado por un Estudiantes que con
confianza y el apoyo de sus hinchas, demostró que en esta clase de partidos si
te dan vida lo puedes pagar muy caro.
Volvió a perder
River, 0 puntos de los últimos seis y ahora está a 9 puntos de la cima. La
derrota debe ser un punto de partida para este equipo que viene de ganarlo todo, pero que cada vez
se aleja más de sus rivales directos y comprueba la amargura que significa no
ganar cuando se ha ganado todo.
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