Por: Sebastián Nohra
Por muchos motivos era el partido más atractivo de la quinta fecha de la fase de grupos. Con el nivel del Barcelona y el Bayern Munich, ser cabeza de grupo era un incentivo más que suficiente para ganar hoy en el Juventus Stadium. Por un lado, vimos a un equipo muy leal a su guión. Al de las últimas cuatro temporadas: oficio y contundencia para afrontar las grandes citas. Por el otro, una caricatura de su deber ser.
El Manchester City salió con su habitual 4-2-3-1. Navas y De Bruyne como teóricas alas y factores de desequilibrio, los gemelos brasileros en el doble-cinco, Touré de enlace y el recuperado Aguero en punta. Al equipo de Pellegrini le cuesta demasiado cuando enfrenta un equipo que se repliega y se defiende con todos los jugadores detras de la línea del balón. Ya comentaremos por qué, hasta ahora, los resultados de lo que se planificó en pretemporada son como mínimo mediocres.
La Juventus jugó un gran partido. Allegri demuestra que más allá de los apellidos, confía plenamente en su plan A. Desde las temporadas de Antonio Conte, la Juventus aprendió a atacar y defender con cinco defensores. Bonucci, Barzagli y Chiellini en linea de tres. Lichtsteiner y Alex Sandro como aleros. En su capacidad para cubrir las espaldas de los volantes y desdoblarse en ataque descansa la virtud del sistema de la Juventus. Marchisio en la posición -mas no en el rol- de Pirlo, Pogba como líder de los ataques, Sturaro abanderado en la presión y arriba Mandzukic y Dybala.
Los primeros minutos fueron muy trabados en la mitad de la cancha. Muchos volantes por ambos bandos presionando salidas. A la Juventus solo le servía ganar y por eso no salió con un plan conservador. Sin embargo, al cuarto de hora el partido se ponía como más le gusta a los de Allegri. En un centro a la carta de Alex Sandro, Mandzukic supera la marca de Otamendi, define de primera y pone el partido 1-0.
Los siguientes 70 minutos iban a ser muy parecidos. A este punto, ya es denunciable la incapacidad de Pellegrini para armar un plan y un sistema altamente competitivo en Europa después de 4 temporadas con un equipazo y una infinita caja fuerte. La Juventus retrocedió veinte metros para defender con nueve hombres. El City tuvo mucho balón pero pocas ideas.
El equipo inglés invirtió 160 millones de euros en Sterling y De Bruyne este verano. Todo indica que el técnico quería hacerse fuerte en las bandas y tener mucho potencial para desequilibrar por afuera. Con Jesús Navas y De Bruyne en cancha, la incapacidad para generar situaciones de uno contra uno, de desdoblar a los laterales y la falta de recursos en el ataque estático, son dos lunares más del fracaso de Pellegrini con este equipo en Europa. La estructura falló, pero también el atrevimiento y la actitud de los extremos para intentar lo que mejor saben hacer.
El ataque estático es una de las fases más difíciles del juego. Requiere mucha coordinación, mucho movimiento de todo el equipo para generar espacios y sobre todo, demanda imaginación, talento. Sin David Silva -uno de los volantes mejor dotados para ese rol- el equipo sufrió la palidez de la peor versión de Toure. No había último pase, ni nadie que construyera una pared. Aguero naufragó contra los tres centrales y el partido seguía el curso que la Juventus proponía.
Viendo que el segundo tiempo transcurría con la tónica del primero, el partido exigía virtud en la pizarra. El comentarista pedía sacar a Fernando o Fernandinho para sacudir la coctelera, darle entrada a Sterling y generar movimiento en tres cuartos entre los media puntas y así, cambiar la rigidez del ataque del City. El técnico lo vio diferente. Sacó a Fernandinho por Delph, Touré pasó al doble cinco y Delph jugó de enlace.
La Juventus defendía con mucho oficio. Cada vez que Pogba tenía campo para correr y pensar, aparecía lo mejor del equipo. La ida de Pirlo le ha dado más protagonismo. Cómodo en el ida y vuelta, pero también en versión conductor. Enorme jugador. La Juve no regalaba un centímetro en la cancha y los cambios del final tampoco influyeron mucho en el partido. Algunos contragolpes de Morata -que se lo vio más egoísta que de costumbre- y Sterling que ni tocó el balón.
Ganó merecidamente la Juventus. Partido completo en defensa y en ataque. Jugando a este nivel va a terminar el Calcio mucho más arriba de lo que está ahora. El Manchester City golea en Inglaterra, pero siempre en Champions League escoge ser quién no es. Quien no debe ser. Si se invierten 200 millones para desequilibrar en las bandas, es inexplicable que en un partido de esta importancia no se gambetee una vez en 90 minutos. Seguramente el Manchester volverá a ser segundo de grupo y tendrá que enfrentar a un equipo de estatura. Pobre ingeniero.
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