miércoles, 15 de julio de 2015

Bostezando alcanzó.


Por: Juan Francisco García
@jfgarcia2809

Santa Fe y Equidad se volvieron a ver las caras, esta vez por octavos de final de la Copa  Águila. El equipo rojo se mantuvo exacto al del fin de semana, mientras que Equidad incluyó  como variantes significativas la aparición de Stalin Motta y la ausencia de Wasón Rentería, remplazado por el peruano Andy Pando.

Si el partido del fin de semana se alejó de un buen partido de fútbol, el de ayer fue categóricamente malo. Un bostezo. Lo fue porque Santa Fe, aunque vuelve a ganar y se afianza, aun tiene contradicciones por corregir. La intención de Peluso, de buscar que su equipo  se haga dueño del balón, se imponga, controle el juego, es todavía una meta que parece lejana.

Se pierde el balón con facilidad, el equipo se hace largo, la segunda línea de tres se desorganiza y no hay intensidad para atacar, pues los intervalos de tenencia son trancados y cortos. Hay destellos, eso sí. Destellos que le duelen al rival y que parecen acentuar la jerarquía de este equipo. ¿Cuántos destellos para el primer tiempo? Uno, uno solo: recuperación por presión de Salazar –que busca parecerse a Torres hasta en el caminado, qué bueno- cabalgata rapidísima de Quiñones, pared con Morelo y...casi.

Y fue malo porque Equidad fue aún más pálido que  en el fin de semana. Ni Motta ni Pando lograron hacer diferencia, en defensa sigue mostrándose insegura y la pareja Dager Palacio-Leudo (expulsado al minuto 40) no logra hacer jugar a la talentosa línea de volantes de segunda línea con la que cuenta Escobar. Débil en defensa e indefensa en ataque. La temporada recién empieza, mucho por trabajar. Opciones de gol: créanlo, cero. Un boostezo.

Para el segundo tiempo Santa fe buscó más vértigo e incluyó desde el vamos a Darío Rodríguez por Salazar (con amarilla). El hombre de más recogió aun más a la Equidad e impulsó a que Santa fe inclinará la cancha hacia el arco de Diego Novoa.  Peluso da muestras de confiar en Seijas también como volante central y de creer en Darío Rodríguez.

Quiñones, que como Morelo rota de posición en el último cuarto de cancha, se plantó en la derecha, confirmando que a perfil cambiado es como más daño hace.  Desde ahí le dio forma a su sociedad con Anchico y Roa, y con la banda derecha como bandera Santa fe logró hacerle daño a la ya muy defensiva Equidad. En 10 minutos, entre el 50 y el 60, superó todo lo hecho en el partido y se aproximó tres veces. Cuando Santa Fe logra hacerse del balón y permitirle a Roa- que juega como si la temporada fuera por la mitad-  desprenderse en ataque, aparece la luz. Entonces, sin mucha prolijidad, con más fe que juego, se pensaba en el gol.

Que se hizo realidad con otro destello. Anchico a Roa, Roa a  Darío, Darío a Quiñones, pared genial, pase de la muerte a Morelo que ahora sí sale a abrazarse. Se confirma la sociedad feliz y Santa Fe, bostezando, toma ventaja en la serie. La temporada esta muy biche y los baches de juego son entendibles. Si mira los números, Santa Fe hace 6 de 6 con 5 goles a favor y 0 en contra; en defensa es férreo y ganar, jugando mal, hace todo más fácil; las bandas empiezan a ser un lugar fértil para el equipo rojo y en la semana  se confirmaron dos refuerzos, Angulo (delantero Selección de Ecuador) y Gordillo, joven volante que viene de Boyacá Chicó.  Todo parece marchar bien. Todo menos que el fútbol es un espectáculo, y los asistentes al estadio en la fría noche del miércoles bostezamos. Qué se intensifique el trabajo.

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