miércoles, 1 de julio de 2015

Juégame de igual a igual



Por: Juan Francisco García



El primer partido de la Copa para ambos fue empate. Primer tiempo para Argentina, 2 -0 -pudieron ser más-,  segundo tiempo para Paraguay, 2-2.

Para la semifinal, esperábamos un desarrollo parecido. Con un Paraguay más férreo, claro, menos permisivo, más sincronizado y concentrado en marca, y una Argentina dueña del balón, volcada al ataque, con su ya muy firme 4 3 3 estirándose para penetrar el orden paraguayo.

Pero no, Ramón Díaz sorprendió y plantó un equipo con la disposición - la ilusión- de disputarle el control del juego a Messi y a sus amigos. 4 4 2, con Haedo antes de Santa Cruz, el muy interesante Derlis González por la derecha y el jodido Benítez por la izquierda. ?La idea? Ganarse la mitad, con velocidad pero con criterio buscar los retos González vs Rojo y Benítez vs Zabaleta para   luego buscar a Valdés y Roque, que sacan oro de madera.

Argentina, de la mano de Martino, que demuestra sentirse más cómodo como seleccionador que como entrenador de clubes, mantuvo su once ideal ( con Demichelis por Garay como única variante, obligada). Sorprendidos por la presión alta de los de Ramón, que descreyendo de su ADN buscaron pelear el balón incluso en campo argentino, los argentinos no lograban hacerse la posesión, se jugaba de igual a igual, los retos pensados por Ramón sucedían y el espectador, feliz, celebraba un partido digno de semifinal de copa.

Pero resulta que Argentina tiene a Messi, y a Di María, y a Pastore, y a Agüero, y a Biglia. Resulta que en el tú a tú, si las estrellas están donde deben estar, si en la cancha hay un mínimo de sentido de común... pues los retos los van a ganar los liderados por Messi. Jugarle de tú a tú a equipos con este poderío, como pasa con el Barcelona, es casi siempre asistir a una goleada anunciada, es entender que cuando los once de al frente, todos, son mejores, no perder es una quimera.

Y eso lo entiende muy bien el número 10 y capitán y mejor jugador del mundo. Que  disfruta que lo piquen, que lo salgan a apretar, que crean que es posible arrancarle el balón de los pies, que le den espacios. Y así lo entendieron sus compañeros, que rápidamente se adaptaron al partido "golpe a golpe" y entraron a disfrutarlo "ven, juégame de igual a igual que te comes 6" parecían decir.

Paraguay soltaba a sus laterales que acompañaban  a sus extremos, se atrevía, aunque no llegaba con claridad, se creía el cuento de que era posible. Ya los habían  puesto en aprietos días antes, por qué no dar el palo en la semifinal.  Pues porque, perdón repetirme, Messi está al otro lado, se para al frente del balón, centro con veneno, aprovecha Rojo y gol. El poder Argentino ahora incluye el juego aéreo - a Colombia le ganó siempre-, si las cosas se ponen mal, también se  destraban con balón parado; más poder al poder.

El 1 a 0 encendió a los argentinos y parecía derrumbar el ánimo de Paraguay, que lamentaba con sangre perder gracias a un tiro libre. Más cuando, al minuto 26, debió salir el habilidoso González por lesión y llega el segundo gol Argentino, golazo de Pastore a habilitación de Messi y previa jugada colectiva que arrancó en Zabaleta. Todos perfecto. Pero con la entrada de Lucas Barrios, volvió el fuego paraguayo, mala salida de Demichelis !como pesa el ritmo en la  alta competencia!, anticipo de Bruno Valdés, implacable Barrios y 2 a 1, volvía el fantasma del 2 a 2 y el primer tiempo se iba con una clara opción de Bobadilla, reemplazante de González.

El segundo tiempo pasó lo que contra Argentina no te puede pasar: gol a los dos minutos. Adiós esperanza, adiós orden, se crece la mejor selección y ahora el mejor equipo del continente...a presenciar la goleada anunciada, "ven, juégame de igual a igual y te comes 6".

Y así fue: se desató Di María, se agrando el ya grandísimo Lucas Biglia, Messi y sus destellos Messi, Pastore socio de todos, Argentina feliz, Argentina poderosa, 4 1, 5 1, 6 1. Ven y juégame de igual a igual. 


Ahora, espera Chile que saldrá a jugarle de igual a igual. Ninguno se guardará nada y para ambos no ganar no será sino un fracaso. Se decidirá en los detalles, por ejemplo, si Messi es alien o es humano. Han llegado los mejores, a disfrutar.

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