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Boca venía de una dura derrota la semana pasada ante Unión de Santa Fe, un equipo con pocas luces pero mucho ímpetu, y que fue capaz de desarmar el planteo defensivo de Boca a punta de ganas y fuerza. Esta vez, el rival era Arsenal de Sarandí, dirigido por Caruso Lombardi, un técnico que no se caracteriza por atacar intensamente pero sí por cerrar líneas y no darle espacios al rival.
De arranque Arruabarrena cambió media defensa respecto a la que presentó ante Unión: ingresos de Peruzzi (suspendido la fecha pasada) por Fuenzalida y de Rolín por Tobio, mientras que mantuvo a Díaz y Colazo. En el medio campo ingresó Pablo Pérez (también suspendido) por Meli, en compañía de Erbes y Gago, mientras que en el ataque estuvieron los tres atacantes predilectos: Tévez, Palacios y Calleri.
Para sorpresa de todos Arsenal salió a presionar bien arriba, en los últimos veinte metros del campo, obligando a Boca a salir con pelotas largas y no mediante su medio campo. Gago y Pérez no tenían contacto con la pelota, así que las aproximaciones al arco rival dependían de acciones individuales de los delanteros y no de una construcción colectiva. Sin embargo, con el paso de los minutos, el ritmo intenso que impusieron los de Caruso Lombardi empezó a decaer, y así, aparecieron los espacios. Tévez se retrasó y jugó libre, en tres cuartos de cancha, manejando el ritmo del equipo y viendo cómo el equipo contrario cada vez defendía más atrás.
Fue entonces cuando Peruzzi tomó protagonismo en el partido, por toda la franja derecha, bien pegado a la línea. El lateral pasó una y otra vez al ataque, juntándose con Pérez y Tévez, haciendo inútiles los esfuerzos de Curbelo y Corvalán por marcar ese sector del campo. Los ataques de Boca se volcaron hacia el sector derecho y terminaron rindiendo frutos. En una pelota quieta (falta cometida a Peruzzi) Tévez envió un centro largo, al segundo palo, donde el arquero Limia no llegara. Gago llegó cumplido a su cita, cabeceó con firmeza al medio del arco, donde Limia atajó pero dio rebote y Pablo Pérez aprovechó: potente remate del mediocampista que terminó en gol. Los esfuerzos de Arsenal por mantener su arco no fueron suficientes, el equipo de Sarandí se desinfló y Boca pudo atacar más. Parecía que se acercaba el segundo tanto, pero la falta de contundencia no le permitió a Boca aumentar su ventaja, finalizando así la primera mitad.
Al reiniciar el encuentro Arsenal salió con la idea inicial, presión alta y no permitir juego fluido de Boca. Santiago Silva se encargó de presionar al Cata Díaz y a Rolín con intensidad, mientras que el medio campo de Arsenal se adelantó lo suficiente como para generar inquietud en Arruabarrena. El Vasco dispuso la entrada de Nicolás Lodeiro por Sebastián Palacios, volante de creación por delantero, buscando adueñarse del medio campo y quitarle la pelota a un rival que parecía animarse. Tras el ingreso del uruguayo, Tévez acompañó a Calleri en la delantera y los circuitos en Boca volvieron a aparecer. En el minuto 65, un pase largo de Lodeiro en busca de Tévez parecía irse por línea de fondo. Matías Sarulyte, defensor central de Arsenal, intentó cubrir la pelota y el Apache, en una auténtica “avivada”, ganó la pulseada y tras dominar el balón asistió a Calleri, quien sólo tuvo que empujarla de cara al gol.
Con el 2-0 en el marcador el Vasco tomó dos decisiones acertadas: primero, dio la orden a Pablo Pérez para que recibiera su quinta amarilla, limpiándose de amonestaciones para los encuentros contra San Lorenzo y River Plate y luego lo reemplazó por Marcelo Meli. Segundo, entendió que Alexis Rolín estaba jugando “gratis” tras una dura entrada sobre Carrera, delantero de Arsenal, por lo que lo sustituyó por Tobio, evitando así cualquier contratiempo por expulsiones.
Desde entonces el partido entró en una meseta, ninguno de los dos equipos inquietó lo suficiente como para pensar que se iba a mover el marcador. En tiempo de reposición, una salida rápida de Arsenal tomó por sorpresa a la defensa de Boca, y una pelota cruzada a la espalda de Colazo derivó en un centro a media altura que el arquero Sara no pudo contener. Tras el rebote, Fernando Luna sólo tuvo que patear a un arco sin arquero, llegando así al descuento. Mauro Vigliano permitió el saque desde el medio e inmediatamente finalizó el encuentro.
Una victoria importante para el equipo de Arruabarrena pues recuperó la punta del campeonato y se recuperó de la derrota contra Unión en la Bombonera. Queda el interrogante de cómo jugará Boca de aquí en adelante, pues la fluidez que otorga Lodeiro obliga la salida de un volante o un delantero, aunque el Vasco parece haber encontrado un once que, a no ser por expulsiones o lesiones, es su “once de memoria”.
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