Twitter: @jfgarcia2809
Después del extraño partido a mitad de semana en Loja, Santa
Fe debía medirse ante el Medellín en el
Atanasio Girardot; con sol, con la grama perfecta y con dos buenos
equipos, cabía esperar un gran partido de fútbol.
Sin pensar en el partido de Copa que se le viene
entre semana, dispuso de su equipo de gala, sin Mosquera, remplazado por
Otálvaro a perfil cambiado y con Angulo en vez de Quiñones.
El Medellín, por su parte, con un estadio casi lleno,
consciente de la importancia del partido vs los de Bogotá, salía con todo su arsenal.
Al minuto 8, Mosquera hace una fata en el área, y penal que Morelo
cambia por gol. Premio prematuro que desde
muy temprano abría el partido, pues el
local debía salir a empatar con ímpetu y Santa Fe tendría espacios para
desplegar su eficacia cuando lo salen a atacar y le dan espacios.
En efecto fue un
primer tiempo abierto, con muchas opciones de gol; pero no fue cabeza-cabeza,
desde el gol de Santa Fe, Medellín inclinó la cancha, se adueñó del balón y
atacó, atacó y atacó.
El equipo de Leonel
Álvarez, sin duda, está entre las mejores nóminas del país. Ataca por la
izquierda con el tándem Fabra-Burbano, por la derecha con el tándem
Valencia-Echalar, interiormente con Marrugo, y arriba cuenta con Caicedo, un
nueve de calidad. Además, Daniel Torres rompe para atacar, buscando siempre
pisar el área rival con al menos 5 hombres. Ataque poderoso y moderno en el que
todos cuentan.
Santa Fe fue incapaz de pelearle el balón al Medellín -la posesión del primer tiempo registró 70% para el local y 30 % para el visitante- y fue superado categóricamente, como no le había ocurrido en lo que va de la temporada. Otálvaro, desprolijo a perfil cambiado, sufrió un montón con el ataque externo del Medellín, que aprovechando el gran desploegue de sus laterales abría la cancha para luego buscar al nueve, una y otra vez.
Santa Fe fue incapaz de pelearle el balón al Medellín -la posesión del primer tiempo registró 70% para el local y 30 % para el visitante- y fue superado categóricamente, como no le había ocurrido en lo que va de la temporada. Otálvaro, desprolijo a perfil cambiado, sufrió un montón con el ataque externo del Medellín, que aprovechando el gran desploegue de sus laterales abría la cancha para luego buscar al nueve, una y otra vez.
El resultado: dos cabezazos al palo, Castellanos figurón, gol del empate anunciado al minuto 41, después de que Marrugo filtrara un balón a la espalda de Otálvaro, Echalar habilitara a Caicedo y a festejar. Empate corto para el Medellín, bendecido para los de Bogotá.
Para el inicio del segundo tiempo Santa Fe se sacudió y se
le vio la firme intención de disputarle el balón al Medellín. Omar Pérez se
adelantó y Seijas y Roa buscaban ayudar en la presión alta junto a Angulo y a Morelo.
Pero le empezaron a pesar las piernas y
el equipo local volvió a ser el jefe. Se lesionó Pérez, entró Darío Rodriguez
para hacer un 4 4 2, Álvarez incluyó a Luis Carlos Arias por
Burbano y de nuevo la cancha se inclinó hacia Leandro Castellanos.
El segundo tiempo terminó por confirmar que a Santa Fe le
duele que le quiten la pelota. Una cosa es su segunda línea de tres viajando junta con el balón,
rompiendo para atacar, y otra cosa es cuando la posesión es del rival y se
corre detrás de la pelota.
Así, Santa Fe se hace largo, llega tarde, deja
espacios y permite que su primera línea quede mano a mano. El equipo rojo está
hecho para ser el que lleva la batuta,
sabe contragolpear, sí, pero no como premisa estructural. Cuando mejor juega es
cuando manda, y en el fútbol manda el
dueño del balón.
La idea del Medellín se
mantuvo hasta el final y si no ganó el partido fue gracias a la suerte y a que Leandro
Castellanos está en su mejor forma. 20 remates vs 4 de Santa fe, 65 % de
posesión, terminó con un hombre de más, casi sin riesgos atrás. Dominador desde
el vamos hasta el no va más.
Fue un partido interesante, en el que el Medellín dejó claro que será candidato y en el con el que
Santa Fe termina por concluir que sin el
balón se debilita, se aferra al destino. Hoy el destino le sonrió, y se lleva a
casa un empate que vale dos puntos. El miércoles, frente a Loja, deberá ser el
dueño del balón para asegurarse el avance en Copa. Pues quizá no tenga tanta
suerte como hoy, ni a un Castellanos tan implacable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario