miércoles, 12 de agosto de 2015

Liga de Loja 0-0 Santa Fe. Un bodrio.

Por: Juan Francisco García
Twitter: @jfgarcia2809


























"La Ciudad de Loja tiene 180.000 habitantes. El estadio de Liga de Loja una capacidad para 15000 personas. La grama es la de un estadio amateur. Todos los ingredientes listos para un bodrio y aquí vamos..."

El equipo local plantó un 4-4-1-1 con una orden clara: hacer valer su cancha de barrio, todos a pelear y a buscar el talento del Caffa –ex Boca, ex Betis, ex Arsenal- para abrir la pelota a los extremos, Gómez y Cheme, y luego, a puro centro y corazón,  hacer sufrir al visitante.

Santa Fe, por su parte, sabiendo de la adversidad de las condiciones, paró a su equipo habitual. Sólo faltaban Mosquera (que estará al menos 5 meses por fuera por lesión del talón de Aquiles) y Salazar, pues Peluso optó por Gordillo. 

El primer tiempo fue un batazo al espectador. La pelota se hacía caótica, saltaba como una rebotina sin lógica ni regularidad, no se hacían tres pases seguidos y ni local ni visitante lograban hacer funcionar sus circuitos. Los cerebros ofensivos –Caffa y Pérez- jugaban muy retrasados y sufrían para habilitar a los delanteros.

La pelota era de la  Liga de Loja, pero a excepción de un tiro libre de Caffa y un par de desprendidas de Gómez y de Cheme no hubo mayores riesgos para Santa Fe. Eso sí, el desgaste se dejaba notar; tanto Villarraga como Otálvaro sufrían para defender y la segunda línea de tres, con Gordillo, Roa y Seijas, corría mucho pero recuperaba poco.

El primer tiempo se fue con sólo dos opciones claras para Santa Fe: una descolgada de Morelo por la derecha a previo puñal de Pérez, que terminó de mala forma Otálvaro. Y un balón al ángulo de Roa, que no pudo ser por mérito del arquero local. 0-0, un bodrio.

El segundo tiempo empezó sin cambios. Sorpresivamente los jugadores parecían haberse adaptado al campo indomable de Loja y tanto locales como visitantes lograban circular más el balón. Al minuto 53 Santa Fe hizo la mejor combinación que iba a tener en el partido y casi abre el marcador.  Aunque los de Bogotá no la pasaban especialmente mal, Loja tenía más criterio con el balón que en el primer tiempo y sus laterales y extremos pasaban decididamente al ataque. 

Minuto 58 y Santa Fe ya había tenido la mejor que tendría, Castellanos le había negado el gol a un tiro libre venenoso de Caffa, Gómez se había desprendido con peligro. El partido seguía cansino, interrumpido, de barrio, pero al menos traía emoción. El eje Seijas, Gordillo y Roa se hacía férreo, el venezolano se sentía cómodo abriéndose a su banda para lanzar balones a Morelo y Quiñones. 

Entrados los 65 minutos Peluso empezó a ver con cara feliz el empate, entonces salió Quiñones y entró Miranda, para sumar otro jugador a la mitad; salió Villarraga por Cummings para proteger la amarilla y salió Morelo por Salazar, para terminar de cerrar el partido. Loja incluyó tardíamente a Orue -una torre- y a Naula para desequilibrar, pero todo siguió su curso, el reloj se comió el partido y al final fue un 0-0, que por el bien del espectador se olvidará pronto y para siempre. En terrenos así sobra el análisis, se juega a sobrevivir, a terminar el partido.

Santa Fe se trae el empate, el fin de semana deberá rotar con inteligencia para luego, otra vez en mitad de semana, recibir a los de Loja. Los ecuatorianos son de esos clubes que llenan de mística a nuestro contienente, pues enfrentan una copa internacional con el cuchillo entre los dientes y poco más… pero para Santa Fe, que hoy resuena como un grande,  el partido de vuelta debe ser  un triunfo obligado. Deberá ganar y gustar. No puede permitirse otro bodrio.

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