Por: Diego Loaiza
twitter: @loaizadiego
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El rival, Junior. El escenario, El Campín. La fecha, 11 de la Liga y la estadística indicaba que eran 11 años sin ganar de los ‘tiburones’ a los ‘embajadores’ en Bogotá, desde el 29 de agosto de 2004. Pero como las rachas están para romperlas, así sucedió. Veamos ahora las 4 principales razones de la primera caída de Millonarios desde la llegada del DT uruguayo.
1. La noche del arquero Sebastián Viera.
Es bien sabido a
que los arqueros se les paga para que atajen, pero lo del arquero uruguayo este
miércoles en El Campín fue de enmarcar. Cuando el partido estaba 0-0 y cuando
más apretaba el conjunto local por abrir el marcador, al inicio del segundo
tiempo, Viera se puso el traje de héroe y le puso cerrojo a su arco. Dos mano a manos, uno a Rangel y uno a Maxi,
y un remate de media distancia de Insúa, fueron las claras oportunidades que le
negó el arquero a los azules. Cuando estaban 1-1, hizo lo mismo, voló para
desviar un disparo del recién ingresado Omar Vásquez.
Viera fue la
gran figura del histórico triunfo de junior en Bogotá, durante todo el
encuentro tuvo una actuación destacada.
2. La fatal noche de Luis Mosquera
El ‘Leticiano’
tuvo una nueva oportunidad de demostrar que está para jugar en Millonarios,
pero como siempre, volvió a defraudar. Le cuesta marcar, le cuesta pasar al
ataque y le cuesta demasiado levantar un buen centro. Pero frente a Junior hubo
más, dos acciones puntuales que fueron demasiado costosas para su equipo.
La primera fue
en la jugada del primer gol del visitante. Un tiro de esquina desde el sector
izquierdo, en una pelota que parecía fácil de rechazar con la cabeza, Mosquera
no acertó y Vladimir Hernández recibió solo para marcar el 1-0. Y unos segundos
después, al lateral zurdo del cuadro capitalino se le fueron las luces, golpeó
sin balón a Barrera, Wilmar Roldán le mostró la roja directa. Dejó a su equipo
perdiendo 1-0 y con diez hombres. Se le agotan las oportunidades al
‘Leticiano’.
3. De nuevo los cambios
Hay que decirlo,
a Rubén Israel no le funcionaron los cambios. Como en el clásico con Santa Fe
los hombres que llegaron desde el banco no fueron solución. El entrenador está
conociendo la nómina, pero alguien debería advertirle, por ejemplo, que David
Silva no está en su mejor momento, que llegó del Tolima siendo figura y hoy no
es ni la sombra de ese jugador. No marca, no quita la pelota, no crea juego y
lo peor de todo, no está entregando bien el balón.
Frente a Junior,
Israel sacó a Mayer para meter a Silva, que no aportó; metió a Agudelo por
Blanco, perdió agresividad en el medio y marca. Y para finalizar envió al campo
a Vásquez en el lugar de Maxi Núñez, y le quitó un dolor de cabeza a los
defensores visitantes.
A favor de
Israel, hay que decir que fue atrevido, juntó a Máyer e Insúa desde el arranque
de un juego, algo de lo que fue incapaz Lunari. El DT tuvo buenas intenciones
con los cambios pero no dieron resultado, darle manejo con la entrada de Silva,
atacar con tres delanteros al ingresar Agudelo y balancear el equipo cuando
estaban 1-1 al meter a Vásquez por Maxi. En su segundo parido, tampoco llegaron
las soluciones desde el banco.
4.
La necesidad de ganar
Lo preocupante
del momento de Millonarios es que cada vez más se aleja de los ocho y ya solo
quedan 30 puntos en juego. No entrar a los cuadrangulares significa un golpe
anímico muy fuerte y uno más fuerte para las finanzas del club, que no están
del todo bien. Por eso frente a Junior había que ganar y eso se notó desde el
minuto 1, pero cuando el equipo se quedó con 10 hombres, perdiendo 1-0, se
evidenció aún más.
Si Millonarios
estuviera en otra situación, metido dentro de zona de clasificación, las
urgencias hubiesen sido distintas cuando el autogol de Andrés Felipe Correa
subió al marcador, que al minuto 69 mostraba un 1-1. Millonarios podría haber
cuidado ese empate, pero como necesitaba los tres puntos, fue en busca del
segundo sin saber que en las postrimerías del encuentro llegaría ese tanto,
pero en su arco.
PD: Las sensaciones
después de dos encuentros bajo el mando de Israel son buenas, se ve un equipo
más equilibrado, con variantes tácticas y con diferentes ideas de juego. Pero
la mala noticia es que el tiempo apremia, también los puntos y se reduce el
margen de error para pensar en una clasificación.
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