Por: Sebastián Nohra
La vida sin Xavi y la importancia de Turan
Mientras Xavi, en diciembre del 2014, deshojaba la margarita y pensaba si forzar la
máquina un año más en el fútbol de súper élite o aceptar un retiro suntuoso y
relajante en Qatar, Luis Enrique se debía comer la cabeza buscando la manera de
rellenar un cráter. Porque es eso lo que dejó Xavi Hernández. El vacío deportivo
y moral de su retiro ha sido el mayor reto del presente curso. Luis Enrique
arrancó la temporada con un equipo ganador, con un estilo definido, tácticamente
bien trabajado y con la joya de la corona catalana con 28 años. Lo tenía casi
todo, es verdad, pero la partida del capitán del navío ponía a tambalear toda
la estructura.
Relevar a Xavi ha sido un desafío mayúsculo. El de Terrasa
fue y sigue siendo la representación de la academia barcelonista por
excelencia. Xavi fue el último eslabón del cordón umbilical que lo ha unido
todo. Aquel cordón que sembró Marinus Michels, desarrolló Cruyff, continuaron
Van Gaal y Rijkaard y pulió Guardiola a través de Xavi. La responsabilidad de
relevar el liderazgo del "deber ser" del juego del Barca debía
recaer en Iniesta. Pero, para ocupar un espacio en una plantilla que necesita
diferentes herramientas para ejecutar un plan, llegó Arda Turan. Además, el
levantamiento de la sanción y la consiguiente reaparición del turco son
argumentos que siguen alivianando la nostalgia imperecedera de saber que el
“6”, el verdadero, no está más en cancha. Por lo pronto, Arda ya debutó y dejó
un buen sabor de boca.
¿Qué ofrece Arda Turan?
Haciendo un ejercicio mental, tratando de buscar volantes
ideales que hablen el idioma de Luis Enrique, puedan suplir en la medida de lo
posible a Xavi y se adapten a la Liga Española, el turco está entre los dos o
tres volantes más idóneos. Es un jugador que, con ésta, completa su quinta
temporada en la Liga Española, conoce el medio, los rivales y la cultura. Su
adaptación ha tenido que ser, ante todo, táctica. Viene de manejar una Hummer,
ahora le soltaron las llaves de un Alfa Romeo.
En ese aspecto, en los seis meses que no pudo jugar por la
sanción de la FIFA al Barcelona, Arda tuvo tiempo de llevar un proceso de
aprendizaje similar al de Luis Suárez mientras cumplía su castigo: tiempo para
entrenar, asimilar y comprender todo el entramado táctico del equipo y los
automatismos del juego de posición.
Es un jugador que llegó por pedido expreso del técnico.
Llega para aportar talento e imaginación a un medio campo que pierde a Xavi, tiene
a Iniesta con 31 años y a un Rafinha que sigue entre algodones. Aportará
despliegue físico, músculo para presionar, competencia para Iniesta y Rakitic y
algo muy interesante: variantes tácticas.
Rakitic vs Turan
Arda llegó al Barcelona para jugar de interior y pelear por un puesto. Iniesta, en su nivel, es
indiscutible. Asumiendo que el manchego se mantendrá en su nivel actual, habrá
un solo puesto en los grandes partidos, o para Turan o para Rakitic. El croata
tendrá que sudar y mucho para mantener su lugar. Su competencia tiene técnica y
talento a la altura del Barcelona y características para ejecutar las funciones
de Rakitic en el equipo.
Como vimos durante este año, Messi abandona por momentos la
banda y va al centro a buscar juego por dentro, encara para buscar a Neymar o
llega al área para buscar posiciones de gol. Sumado a que Messi es el jugador
que menos tiene orden de presionar, esto produce que el eje Alves-Rakitic-Messi
sea el más vulnerable del equipo defensivamente. Por ello, Rakitic tiene que
hacer un despliegue colosal. Tiene orden de cuidar la espalda de Alves, hacer
desmarques y rupturas distrayendo rivales para que Messi haga sus slaloms.
Presiona, triangula, hace relevos. En el Barcelona, el interior derecho ha
pasado de ser un director de orquesta (Xavi) a ser un handyman (Rakitic).
Ese perfil lo tiene Turan. Jugó cuatro años en un equipo que
corre y compite como ninguno. Un equipo que está diseñado y pensado desde la
preparación física. Tiene interiorizado y asumido ese rol. En el Atlético del
curso pasado los más talentosos -Koke y Turan- fueron también los que más
corrieron. Es un jugador con mucha imaginación y recursos, juega con frac, pero
está curtido en el barro. No es de extrañar que haya sido la exigencia de Luis
Enrique a los directivos.
Arda como cuarto volante
Jugar con tres volantes y con Messi, Neymar y
Suarez seguirá siendo la partitura del equipo. Sin embargo, vimos como
recurrentemente en la última temporada, Luis Enrique ingresaba a Mathieu por un
delantero para subir a Mascherano a que jugará al lado de Busquets. Habrán
circunstancias y contextos que inviten a que el equipo juegue un 4-4-2 con
líneas más juntas y el técnico se ha mostrado favorable a ese cambio
circunstancial.
La plantilla no contaba con volantes idóneos para jugar por
afuera en una línea de cuatro. Ni Iniesta, ni Sergi Roberto y mucho menos
Busquets son jugadores que tiendan a pegarse a la raya para facilitar el juego
exterior. Además, la lesión de Rafinha deshabilitó al único jugador capaz de
asumir ese rol en los momentos en los que el técnico así lo requiriera. Ahora,
con la llegada de Arda, Luis Enrique cuenta con un maestro en esa posición.
Turan tiene la capacidad de hacer jugar a su equipo, recostado en la banda
derecha. Con sus pausas, su caracoleo y escondiendo la pelota.
Ya, por fin, la plantilla está completa. Las llegadas de Turan y Aleix Vidal le dan
aire al equipo. El turco no sólo es un refuerzo de lujo que va a alivianar los
esfuerzos físicos de la plantilla, sino que además amplia el repertorio táctico
del equipo. Ante el Espanyol y el Granada vimos algunos destellos de magia y
sacrificio que presagian buenas cosas. Ya veremos que pasa. Arda se sintió
cómodo al volante de la Hummer del Cholo, ya veremos como le va con el Alfa
Romeo de Luis Enrique.
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